Sonido y silencio, todo y nada.
Dos realidades que pueden ser una, fusionarse y así, llegar al equilibrio.
El silencio es de las vibraciones más elevadas que existen.
El silencio es como el vacío o la nada, pura potencialidad,
en el que todo se puede contener y nada se ha manifestado,
nada se ha materializado.
El lenguaje que emite la vibración que el silencio tiene,
es la comunicación del espíritu.
Entonces el sonido y la palabra se transforman en algo sagrado
que en esencia es la verdad que escuchada,
transforma, purifica y reestructura.
Es amor y sanación, el código del alma.
El sonido sagrado es el lenguaje del alma, de la esencia de cada uno.
Cada uno vibra en una nota musical, resuena en un chakra con toda la fuerza de su ser.
Conectar con este conocimiento profundo que todos somos,
es reconocer y reconectar, es ser quienes somos.
Sentir el lenguaje del ser, en el que no existe la forma, ni el juicio, solo el equilibrio.
El sonido al igual que el silencio, nos permite conectar con la esencia de todas las cosas.
Es el lenguaje universal que todos sabemos hablar, porque en la musica somos uno.
Solo en este espacio podemos escuchar la voz interior,
el conocimiento profundo de la verdad que todos tenemos.
¿Y donde esta el silencio? Podemos hallarlo en el sonido y en todas partes...
Y Dios dijo, ¡hagase la luz!
y al decirlo, del silencio creo el sonido.
Solo en este espacio podemos escuchar la voz interior,
el conocimiento profundo de la verdad que todos tenemos.
¿Y donde esta el silencio? Podemos hallarlo en el sonido y en todas partes...
Y Dios dijo, ¡hagase la luz!
y al decirlo, del silencio creo el sonido.