Te miro, me miras
si nos atrevemos ¡temblando!
Llevamos tantas corazas
que chocamos.
Alienados, enajenados
de nosotros mismos.
Relajemos el cuello y las manos
abramos el corazon.
Caminemos el uno hacia el otro
¡traspasemonos!
Y de espaldas cuando volvamos
de nuevo a ser dos,
giremonos y volvamonos a observar,
lo que hemos dejado en el otro.
Preparemonos para que el encuentro sea eterno e infinito...
Y cuando estemos preparados
repitamoslo con nosotros mismos.
Mirate aunque tiembles, permite que caigan las defensas,
traspasate, amate, se uno contigo mismo
y cuando vuelvas a separarte, no olvides
volverte para recoger lo que te has entregado.
El regalo más grande.